Laujar de Andarax tiene como patrona a la Virgen de la Salud desde el siglo XVII, cuando el vecino Diego de Santaella soñó «con una virgen pequeñita y morenita», encontró la talla en casa de un pintor de Granada y al trasladarla a la iglesia de Laujar hizo una parada en una ermita que había a la entrada y al intentar coger a la virgen no se movía por lo que se quedó ahí.
En 1691, previo permiso del arzobispo fray Bernardo Alonso de los Ríos, dos ermitaños se instalaron en la vieja ermita de San Sebastián y Santa Bárbara de Laujar con la intención de levantar un nuevo edificio donde rendir culto a la imagen de la Virgen de la Salud. En 1696 el concejo de Laujar de Andarax hizo donación a los ermitaños de tierras y un caño de agua como contribución a la edificación y mantenimiento de la ermita, que estaba prácticamente acabada en 1703. Para culminar la obra, el cabildo de Laujar de Andarax fundó en 1703 una capellanía a la Virgen de la Salud.
Traslado
El 20 de septiembre de 1710, tras una solemne procesión, la imagen de la Virgen se colocó en el camarín de la ermita. Las obras corrieron a cargo de Agustín Rodríguez, maestro de alarife y vecino de Laujar.
Para conmemorar esa importante fecha, 20 de septiembre de 1710, se imprimió una estampa de la Virgen de la Salud, grabado que hoy en día pertenece al historiador almeriense Valeriano Sánchez Ramos y que se ha podido ver en la exposición sobre las estampas de la Alpujarra organizada por el Centro Virgitano de Estudios Históricos (CVEH). Ahora se acaban de cumplir 300 años desde aquel traslado y la impresión de la estampa, y desde el Centro virgitano quieren recordarlo, como ya hicieran hace diez años, con motivo del 290 aniversario, cuando la parroquia de Laujar de Andarax editó un cuadernillo sobre la historia de la Virgen de la Salud y esa estampa, con textos y fotografías de los historiadores Valeriano Sánchez Ramos, Javier Sánchez Real y Joaquín Gaona.
Javier Sánchez explica a IDEAL que encontraron la estampa de la virgen «en una excursión que hicimos a los archivos de Madrid Valeriano y yo. Estuvimos en una librería de antiguo y Valeriano la vio, costó unas 10.000 pesetas pero su valor es sobre todo iconográfico».
Estampa
La estampa era un eficaz instrumento propagandístico y doctrinal que tuvo por finalidad incentivar la piedad de una población sencilla que prefería el lenguaje visual al escrito.
En este contexto se hizo la estampa de la Virgen de la salud, una estampa iluminada (coloreada) que representa la imagen en una hornacina y una orla con motivos vegetales y un texto en la parte inferior en una cartela donde se reflejan las figuras del escudo municipal de Laujar: a la izquierda un barco de vela con un cuervo posado en la popa. Tal y como recogen los historiadores «se trata del atributo de San Vicente mártir, patrón de Laujar». A la derecha se representa una torre almenada que haría referencia a la fortaleza de El Hizán.
La virgen en la estampa se eleva sobre una peana, con un vestido y manto y a sus pies la media luna en cuarto creciente que alude a la visión apocalíptica inmaculista, ofrece la visión de la virgen en su advocación gloriosa. Lleva en sus brazos al niño, como corredentora del ser humano, y ambos llevan corona imperial de plata y cetro (virgen como reina del pueblo). La estampa es obra de Tomás Mateo López Hidalgo, que talló la plancha en Granada. Según se registró en el año 1801 en el libro de cuentas de la Hermandad de Ntra Sra de la Salud de Laujar se refleja «el pago de veinte reales que costaron hacer 300 estampas de la virgen. «Probablemente éstas se hicieran con la misma plancha de 1710 que, a fuerza de dar pruebas quedaría inservible, por lo que sería retallada en 1834 por un grabador anónimo y de nuevo en 1858 por Manuel Jurado González, con la consiguiente pérdida de calidad», apuntan los historiadores.
A partir de la segunda mitad del siglo XIX, la litografía y después la fotografía sustituyeron al grabado calcográfico como medio de difusión de la imagen de la Virgen de la Salud, y a través de ellas se han podido comprobar los cambios que experimentó la imagen por imperativos de la moda, como la sustitución del centro por un ramo de flores. Así lo cuentan los historiadores del centro virgitano de estudios históricos en ese cuadernillo que hace diez años se vendió 'a la voluntad' y con lo recaudado se financió parte de las nuevas campanas de la iglesia. El cuadernillo, con una copia de la estampa para enmarcar, se agotó enseguida y desde el CVEH están animados a hacer una nueva edición «pero se necesita financiación, a ver si la Hermandad o desde Laujar se animan a hacerlo», piden.
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